A partir del momento en el que llega a Oporto, no hay vuelta atrás. La verdad es que va a querer volver una y otra vez. Con el río Duero a sus pies y calles con calzada portuguesa que le llevarán directamente a la deslumbrante zona de la Ribeira, en esta ciudad le encantará la arquitectura barroca, gótica, románica y de estilo manuelino, que se equilibra extraordinariamente con el diseño contemporáneo, los azulejos y el arte urbano.

Descubra la Avenida dos Aliados, viaje en un funicular histórico, disfrute de los monumentos impresionantes y de una cata de vinos de Oporto en una bodega, camine por los diversos jardines y haga un pícnic en el parque. Además de los paseos a lo largo de la orilla del río, disfrute también de las espectaculares vistas desde muchos de los puentes de la ciudad y reserve tiempo para explorar la belleza natural de las playas locales.

Guarde una noche para ver una puesta de sol inolvidable: vaya a Virtudes, a Serra do Pilar o a Jardim do Morro, siéntese y déjese impresionar por la madre naturaleza.

Es una pasión llamada Oporto y la tendencia es que sea cada vez más fuerte.